Piso heredado en proindiviso entre hermanos: ¿Qué pasa si no hay acuerdo?


Las viviendas que se heredan entre varios miembros de una familia pueden provocar conflictos entre los herederos, cuando no se ponen de acuerdo en qué hacer con esa vivienda. Una de la situaciones más comunes es un piso o casa heredada entre varios hermanos, y unos quieren conservar la vivienda, mientras que otros quieren vender. 
La división de la cosa común en Cataluña

Las herencias compartidas entre familiares dan pie a situaciones complejas en las que más vale dialogar, si no se quiere acabar en los juzgados. Para saber cómo actuar ante el desacuerdo entre hermanos sobre un piso heredado en proindiviso, hablamos con Montserrat Junyent, asesora jurídica de los Colegios y Asociación de Agentes Inmobiliarios de Cataluña (API), quién nos señala un primer matiz legal:
“Lo primero que hay que tener en cuenta es que, en el caso de Cataluña, la solución legal a esta cuestión está regulada por el Código Civil Catalán, que contiene diferencias respecto al Código Civil Español”
Así pues, el artículo 552.10 del libro 5º del Código Civil Catalán, establece que: “Cualquier cotitular puede exigir, en cualquier momento y sin expresar los motivos, la división del objeto común.”

El escenario ideal

Cuando unos hermanos heredan un piso en proindiviso, y una parte quiere vender y la otra nolo ideal es que se pongan de acuerdo entre ellos sobre quién se queda el piso, pagando al otro u otros la cantidad que les corresponda. De esta forma, se evitan mayores conflictos entre los familiares y gastos en abogados y tribunales.
Pero si no existe este acuerdo, el que quiere vender puede instar a la división de la cosa común por vía judicial. Es lo que recoge el artículo 552.11 del Código Civil Catalán: “Cualquiera de los cotitulares, si no se ponen de acuerdo para dividir la comunidad o para someter la división a un arbitraje, puede instar a la autoridad judicial para que efectúe la división.”
No obstante, Montserrat Junyent apunta:
“Si uno de lo de los hermanos tuviera, por ejemplo, una cuota de participación más elevada que los otros (cuatro quintas partes o más) puede exigir la adjudicación a su favor. Es decir, puede obligar al resto de hermanos a vender. Pero si no hay acuerdo, ni una parte tiene más cuota de participación que el resto, el inmueble podría salir a subasta por vía judicial. Este debería ser el último recurso, ya que en una subasta la propiedad puede perder mucho valor.”

La división por vía judicial

 

Llegados a este punto, el hermano que quiere vender tendrá que demandar a todos los otros, dado que, por el objeto del juicio (la división de la cosa común), la tutela judicial efectiva sólo puede hacerse efectiva contra todos ellos a la vez. El juzgado determinará cómo solucionar el proindiviso, pudiendo incluso sacarlo a subasta pública para adjudicar la propiedad del mismo y así, poder repartir el precio obtenido entre los hermanos en proporción a sus cuotas de propiedad.

La subasta es una fórmula muy utilizada en estos casos, ya que permite convertir el piso en dinero y que deja en situación de igualdad jurídica a todas las partes (los hermanos). El único inconveniente es que la venta en subasta no garantiza que se alcance el precio de mercado, pudiendo salir más perjudicados que si hubieran sido capaces de llegar a un acuerdo.


FUENTE:  Anna Gaya

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